Detrás de la conducta
Cuando vemos a un niño que se está comportando mal, es común decir “mira a ese niño, es un malcriado”, sin embargo los padres debemos ser capaces de ver más allá de esas malas conductas. Si queremos que un niño mejore su comportamiento tenemos que comprender que es lo que lo moviliza para comportarse como lo hacen, y de esa manera podrán alentarlos para que mejoren.
Toda conducta tiene un propósito y va dirigida hacia una meta. El psiquiatra Alfred Adler dijo que todo niño tiene como meta adquirir un sentido de significancia y pertenencia. Muchos niños saben llegar hacía esa meta de formas correctas, mientras otros se desvían por el camino, tomando rutas alternas, cuando eso pasa, se comportan mal. Para que un niño se comporte bien debe sentir que es importante para el resto, que forma “parte de”, que pertenece, sino es así entonces se sentirá desmotivado y se comportará inadecuadamente.
Cuantas veces no ocurre que nuestros hijos se comportan mal, y en lugar de alentarlos a un mejor comportamiento, los retamos, les gritamos, e incluso hasta los castigamos, consiguiendo así solo desmotivarlos más. Como padres solo vemos la conducta y corregimos a partir de lo que vemos, sin embargo si queremos motivar a nuestros hijos a un mejor comportamiento debemos ver que hay detrás de esa conducta.
Metas Erradas del Comportamiento
Son cuatro las metas erradas que sus hijos pueden estar buscando para encontrar ese sentido de significancia y pertenencia:
Atención Excesiva: los niños que buscan atención creen erróneamente que para pertenecer deben hacerse notar y mantener ocupados a los adultos con ellos, por ejemplo, Juan es un niño de 8 años que es capaz de hacer los deberes por su cuenta, sin embargo se niega a hacerlos solo, demandando la ayuda de su mamá constantemente. Juan quiere mantener a su mamá ocupada con él.
Si su hijo busca atención el mensaje tácito detrás de su conducta es “Tómame en cuenta involúcrame de forma que me sienta útil”. Por lo que se recomienda:
Programar tiempo especial con su hijo.
Establecer rutinas claras.
Utilizar señales no verbales para hacerle saber lo que espera de él.
Actuar, sin hablar.
Poder: los niños que buscan poder creen erróneamente que para pertenecer deben mandar y tener el control de las situaciones, lo que invita a quienes se relacionan con él a las luchas de poder. Por ejemplo, Daniel de 14 años quiere ejercer control, así que cada vez que su mamá le dice que haga sus deberes, el simplemente se rehúsa. Quiere hacerlos a su tiempo, y a su manera.
Si su hijo busca poder el mensaje tácito detrás de su conducta es “Déjame ayudarte. Dame opciones”. Por lo que se recomienda:
Involucrar a su hijo en la búsqueda de soluciones.
Mantener la calma y no argumentar en el momento de tensión.
Darle opciones limitadas.
Redirigir el poder de manera positiva pidiéndole ayuda con ciertas cosas.
Venganza: los niños que buscan venganza se sienten tan dolidos que creen que deben lastimar a otros para que se sientan igual. Por ejemplo, Valeria de 12 años sabe que lo que más le duele a su papá es que no haga sus deberes, como resultado, los hace, pero los deja en casa y no los entrega.
Si su hijo busca venganza el mensaje tácito detrás de la conducta de su hijo es “Me siento dolida. Valida lo que siento”. Por lo que se recomienda:
Conversar con su hijo sobre lo que siente y validar sus emociones.
Reconocer su error y reparar la falta.
Demostrar su cariño.
Escuchar activamente.
Ineptitud Asumida: los niños que caen en la ineptitud asumida, no se consideran capaces de hacer las cosas bien. Se consideran inútiles. Por ejemplo, Raúl no hace los deberes porque considera que no puede hacerlos bien, por lo que se da por vencido fácilmente. Los padres de Raúl creen que no hay mucho que se pueda hacer para ayudarlo.
Si su hijo busca rendirse el mensaje tácito detrás de su conducta es “No te des por vencido conmigo. Enséñame con pasos pequeños”. Por lo que se recomienda:
Enseñarle paso a paso lo que debe hacer.
Decirle que tiene fe en sus capacidades.
Buscarle oportunidades de éxito.
Enfocarse en lo que hace bien.
En los ejemplos anteriores, el problema es el mismo, sin embargo la meta errada es diferente en cada uno. Encontrar la meta equivocada detrás de las conductas de sus hijos puede no ser sencillo, sin embargo si se la identifica será capaz de responder de manera adecuada para ayudar a su hijo, ya que lo que usted haga dependerá de lo que hijo busca.
Si constantemente se les presenta el mismo desafío con sus hijos, entonces será de utilidad identificar la meta errada que los moviliza. Cuando se encuentre en una situación de conflicto recuerde que hay una creencia errada detrás de esas conductas y que lo primordial, en beneficio de todos, es ponerse en los zapatos de sus hijos.
Karina Bustamante de Huerta Psicóloga Clínica Psicoterapeuta TREC y TCC Entrenadora Certificada de Disciplina Positiva para Padres y Educadores
Fuente: https://disciplinapositivaecuador.wordpress.com/2015/01/10/que-hay-detras-de-las-conductas-de-mis-hijos/