Abuso de las "consecuencias" en la crianza de los hijos
Hace unos días estaba conversando con dos niños quienes me contaban que se habían peleado (la situación fue que uno de ellos empezó a decirle cosas que le molestan al otro y el otro explotó, terminando con insultos y golpes). Bien, pues ellos después de este incidente esperaban sentados a su padre por la consecuencia predecible; decían “ahora nos van a castigar, mi papá se va a molestar y no vamos a poder jugar wii, etc., etc.”… pero el padre, quien está practicando la disciplina positiva, decidió no hacerlo y optó por la SOLUCIÓN DE PROBLEMAS.
Se sentó con los niños, se aseguró de darles primero el mensaje de amor, un mensaje “yo” sobre lo que piensa y siente de la situación (yo pienso qué… me siento…) y luego les preguntó: qué podríamos hacer para que se lleven mejor. Los niños no supieron qué decir, simplemente “los sacaron de cuadro”. Lo interesante de esto es que en el diálogo salieron dos puntos importantes por parte de ellos: por un lado, aprender a respetar al otro y por el otro ser más tolerante.
Si este padre hubiera aplicado la consecuencias lógica establecida en esta familia (que en realidad es un castigo) Les estaría enseñando habilidades para la vida?? Creo que no, verdad?
Hay muchas personas que piensan que educar en las consecuencias es lo mejor, pues dicen que enseñan a los niños responsabilidad. Me pregunto cómo así?
Como vieron en el ejemplo, UNA CONSECUENCIA NO ES LO MISMO QUE SOLUCIÓN. Incluso, yo también era partidaria de las consecuencias en la teoría, pero me di cuenta que en la práctica no daban tan buenos resultados. Muchos niños no se hacían responsables de su conducta y muchas consecuencias no eran tan lógicas.
Jane Nelsen nos dice al respecto que “a menudo las consecuencias lógicas vienen disfrazadas de castigos” por eso enseña a los padres a ser cautos con el uso de estas y para no confundirnos, nos dice que, cuando sea apropiado usarlas tengamos en cuenta las 4Rs de las Consecuencias Lógicas:
Relacionada
Respetuosa
Razonable
Revelada con anticipación (en lo posible).
Entonces, en vez de abusar de las consecuencias lógicas, nos enfocamos en la solución de problemas. No es tan difícil!! y nos encamina a una educación a largo plazo, basada en el respeto mutuo, evitando la resistencia cuando imponemos un castigo, puesto que la solución de problemas involucra a los hijos en el proceso disciplinario y por lo tanto les da sentido de pertenencia y los empodera al hacerlos conscientes de su capacidad para tomar decisiones para fomentar el cambio en su propia vida.
¿Cómo hacerlo?
Identifique el problema: En el ejemplo que les di, el problema no era la pelea en sí misma, era que los niños tenían que aprender a respetarse mutuamente.
Preguntar a los niños qué piensan y sienten respeto a esta situación.
Haga una lluvia de ideas con preguntas que inviten a los hijos a plantear soluciones.
Escojan una solución de esa lluvia de ideas y proponga llevarla a cabo durante una semana y luego evalúen su efectividad.
Si funciona, EXCELENTE!; si no funciona, EMPIECEN de nuevo.
Una educación a largo plazo, basada en la disciplina positiva, requiere de constancia, paciencia y mucha práctica.
Gina Graham Psicóloga – Psicoterapeuta de niños y adolescentes Certified Positive Discipline Parenting & Classroom Educator
“No basta dar pasos que un día puedan conducir hasta la meta, sino que cada paso ha de ser una meta, sin dejar de ser un paso” Johann P. Eckermann