Terapia Familiar. Cuando la familia requiere ayuda
Seguramente, muchos de nosotros hemos sentido en algún momento de nuestras vidas que necesitamos una “ayudita adicional” para resolver nuestros problemas, en el caso de los padres, tal vez esta sensación se incrementa cuando nos vemos atrapados sin salida en alguna situación… pero cuándo realmente necesitamos ayuda.
Las terapias psicológicas, ayudan a la persona a lograr un cambio a nivel de pensamiento, sentimiento y conducta con la ayuda del terapeuta, quien lo acompañará a adquirir y promover la sensación de auto-confianza, a ser más conscientes de sus creencias erróneas y enseñarle a aceptar realidades que no puede cambiar.
En la terapia familiar específicamente, se busca entrar en coparticipación con la familia, es decir ingresar en el sistema familiar, ver cómo interaccionan y cómo esto estructura la familia. El terapeuta actúa como un “gatillador” del cambio mediante la coparticipación, manteniendo las reglas del sistema familiar e interviniendo dentro de los límites que la familia proponga para producir cambios.
Ahora no significa que al primer problema, vamos a acudir a terapia. Hay que tener claro que no siempre son necesarias las terapias familiares, ya que muchas de las dificultades familiares, sobretodo la referida a los hijos, son generadas a partir de un estilo de crianza inadecuado que se pueden solucionar cambiando, justamente, la manera cómo los padres afrontar sus roles dentro de la familia. En este caso específico, las habilidades parentales pueden adquirirlas en talleres para padres, dirigidos por profesionales y que son específicos y de corta duración.
También es importante señalar que toda familia, dentro de su ciclo, experimenta un periodo de crisis, que puede ser dada por causas internas o externas a la familia y puede durar un corto o largo tiempo. En estas situaciones, cuando experimentamos la sensación de de pérdida de control de la situación y que esto está deteriorando las relaciones al interior del sistema, sería mucho mejor, acudir a un profesional para que nos asesore en la búsqueda de soluciones.
¿Qué tipos de problemas pueden abordarse?
Los problemas que se pueden abordar en la terapia familiar son múltiples, tales como: ansiedad, depresión, adicciones, trastornos alimenticios, problemas de pareja, dificultades con los hijos (crianza, escolaridad, conducta, emocionales, etc.), cambios inesperados (duelo, enfermedades, etc.), cambios en el ciclo vital de la familia (nacimiento, adolescencia, etc.) reestructuración familiar (adopción, casamiento de alguno de los padres, divorcio), entre otros. Este tipo de terapia nos permite dar una mirada integral al problema y validar los diferentes puntos de vista de los involucrados, en un ambiente que les genere seguridad y contención, con la esperanza de que existe una solución.
Beneficios:
Muchas veces se acude a terapia familiar porque hay un “paciente identificado” sin embargo, al ver a la familia en su totalidad, ella misma puede observar cómo la conducta de los demás miembros está afectando y manteniendo el “síntoma” del paciente. Por ejemplo, un niño que no se independiza en las tareas, puede ser debido a que alguno de los padres, constantemente lo asiste y facilita las cosas, dándole mensajes encubiertos de que “él necesita a sus padres para realizar las tareas”. Además, el terapeuta puede observar las jerarquías, alianzas y disfunciones de la familia y por lo tanto puede decidir en qué puntos se debe intervenir más.
¿Talleres de padres en vez de terapias?
En algunos casos, en especial para los temas relacionados con la crianza, la familia puede recibir ayuda a través de talleres para padres. Esta alternativa ayuda a los padres darse una mirada a sí mismos a través de un proceso de sensibilización y les da la posibilidad de generar cambios iniciales en la dinámica que los motivará a iniciar el proceso terapéutico, en caso sea necesario.
Es importante recalcar que los talleres de padres se muestran como una alternativa más cuando en la familia se dan dificultades en la crianza de los hijos. No apuntan a resolver dificultades serias dentro del grupo familiar, ya que para ellas, como bien señalamos anteriormente es necesario un proceso terapéutico.
El taller de padres está orientado que estos puedan adquirir una serie de herramientas para la crianza de sus hijos o para orientarnos en temas específicos (grupos de apoyo para niños con necesidades especiales, niños con TDAH, etc.).
En el caso específico de los talleres de padres desde el enfoque de la disciplina positiva, se brinda a los padres herramientas que enseñan a educar personas responsables, respetuosas y capaces de solucionar problemas. Propone una educación sin gritos, ni golpes, ni castigos, pero tampoco permisiva; sino que más bien combina la firmeza y el afecto al mismo tiempo.
Por último, la mejor herramienta dentro de la familia para resolver problemas es una COMUNICACIÓN sincera y fluida entre sus miembros, basada en el respeto mutuo y el interés genuino por el otro.
Ps. Gina Graham Ps. Mariella Vega Psicóloga Infantil Terapeuta Familiar