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Padres en desacuerdo. Cuando uno es permisivo y el otro autoritario


Qué hacer en los casos que cada uno de los padres tiene diferente estilo de crianza? Es una de las consultas más frecuentes que hacen los padres hoy en día o incluso cuando en la familia se tiene la creencia que es mejor para el niño que uno de los padres establezca los límites (que son confundidos con autoritarismo) y el otro otorgue el cariño (confundido con la permisividad). Qué creen que pasará con ese niño? A quién le hará caso? Pues la respuesta es sencilla: a ninguno o quién le convenga en ese momento.

Cuando los padres están en desacuerdo, cada uno cree tener la razón respecto a la forma de cómo DEBE ser educado el hijo, entonces se ven envueltos en una eterna lucha, tratando de prevalecer su estilo sobre el otro, el mensaje es: “yo sé qué es lo que le conviene a nuestro hijo, tú no”. Como consecuencia, se crea un clima de caos constante en el hogar, donde los niños aprenden formas de comunicarse basadas en la intolerancia, falta de respeto, incapacidad para el diálogo y dificultad para resolver problemas, lo que da como resultado la inestabilidad emocional que se reflejará en la conducta de los hijos.

En la práctica diaria, haciendo una encuesta entre algunos padres sobre los aspecto en los cuales generalmente tienen dificultades para ponerse de acuerdo, la mayoría concuerda en lo siguientes puntos:

  • Puesta de límites

  • Manejo del dinero

  • Permisos

  • Horarios

Estos problemas suelen agravarse en las familias de padres separados, donde en algunos casos (no todos) se coloca a los hijos en el medio, y ambos progenitores empiezan a atacarse motivados por el resentimiento y lejos de pensar en los hijos se sobrepone las propias necesidades utilizando a los hijos como escudos para lograr la consecución de sus metas. Esto definitivamente es lo más dañino que se le puede hacer a un hijo, pues NINGUN NIÑO O ADOLESCENTE DEL MUNDO QUIERE ESTAR EN MEDIO DE LAS DISCUSIONES DE SUS PADRES.

Si esto nos ocurriera sería bueno preguntarnos: Qué es lo que buscamos realmente, educar a nuestro hijo o ganarle al otro?

Lo que todo hijo necesita es tener padres suficientemente fuertes, estables y maduros, capaces de solucionar sus problemas a través del diálogo para poder guiar la vida de sus hijos durante la infancia y la adolescencia porque de lo contrario sufrirán las consecuencias de sus desacuerdos.

La Pregunta del Millón: ¿Qué Hacer?

Con esto no pretendo que estén 100% de acuerdo en todo, puesto que todos tenemos diferentes formas de pensar, sin embargo si podemos:

  • ESCUCHAR PARA COMPRENDER. Los hijos aprenderán cómo escuchar con empatía, poniéndose en los zapatos del otro, si es que le brindamos el modelo adecuado para saber cómo hacerlo.

  • MANEJAR NUESTRAS EMOCIONES. Recordar que somos modelo emocional y de conducta.

  • DIALOGO PARA CRECER: Donde papá y mamá puedan tomar acuerdo PRIORIZANDO las necesidades de los hijos.

  • SOLUCIONAR EN VEZ DE CULPABILIZAR. Todos los conflictos tienen solución, ahora, no quiere decir que todas las soluciones nos agraden. Para poder buscar una forma equitativa de resolver el conflicto la clave es NEGOCIAR y llegar a un ACUERDO, claro está, esto debe ser en privado, fuera de la presencia de los hijos.

  • RESPETO. Si realmente queremos a nuestros hijos, entonces lo razonable es NO hacerles daño, por lo tanto debemos evitar confrontarlos con la finalidad de buscar un aliado. Recordemos que los hijos aman a ambos padres y si ellos pudieran decidir, optarían por la armonía entre ambos.

  • UNANIMIDAD Y SEGURIDAD. Los hijos deben percibir que los padres toman las decisiones importantes en conjunto, o jugarán al ping pong con los límites impuestos a la vez que se sentirán inseguros de la autoridad.

No importa, el desacuerdo que tengan los padres, tampoco si son casados o divorciados, si viven juntos o separados, lo que afecta a los hijos, es la forma cómo resuelven sus diferencias y expresan sus emociones hacia el otro y con el otro.

Para terminar, coloco esta cita maravillosa que resume en una frase las consecuencias de los desacuerdos entre padres:

“Así como un árbol (Sal. 128:3b, 144:12ª) se ve afectado por la calidad del aire, el agua y el suelo en su medio, la salud emocional de los niños está determinada por la calidad de las relaciones íntimas que los rodean”

Gina Graham Psicóloga – Psicoterapeuta de niños y adolescentes Certified Positive Discipline Parenting & Classroom Educator

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