Educación basada en la solución de problemas
Muchos de los padres y madres que usan el CASTIGO como medida disciplinaria para educar a los hijos, piensan que es la solución al problema, sin embargo, se olvidan justamente de eso: educar a los hijos en la SOLUCIÓN DE PROBLEMAS.
La Dra. Jane Nelsen*, es autora y coautora de una serie libros sobre Disciplina Positiva, los cuales están basados en la filosofía de Alfred Adler y Rudolf Dreikurs que enseña a las personas a ser responsables, respetuosas y miembros recursivos dentro de la sociedad. En su obra POSITIVE DISCIPLINE clasifica las Técnicas de Disciplina Positiva en Técnicas de Actitud y Técnicas de Acción, las cuales voy a describir a continuación:
TÉCNICAS DE ACTITUD
Los niños que se portan mal son niños desanimados, porque no se consideran poco importantes para la familia al recibir castigos que lejos de ayudarlos los humillan y desalientan.
Los niños hacen las cosas mejor cuando se sienten mejor, no tiene sentido ”¿De dónde sacamos la idea absurda de que, para que los niños mejoren, primero hay que hacerlos sentirse mal?”
Los errores constituyen excelentes oportunidades para aprender. El mal comportamiento es un error que les servirá encontrar una nueva manera de comportarse.
Trabaja para mejorar, no para alcanzar la perfección. En vez de centrarnos en los errores mejor nos centramos en sus pequeños grandes avances.
Utiliza la firmeza y la amabilidad a la vez. A pesar que te quiero, no me gusta lo que estás haciendo, por lo tanto la respuesta es no.
Céntrate en convencer al niño en vez de ganarle. No se trata de una lucha de poder entre padres e hijos, se trata de ayudarlos a ser mejores personas.
Céntrate en los resultados a largo plazo. Cuando se usa el castigo, el niño no aprende habilidades, aprende que quien tiene más poder puede doblegar a los demás.
Busca soluciones, no culpabilices. Son las soluciones las que hacen que mejoren las cosas.
Comprende el significado de la disciplina. La disciplina no es sinónimo de castigo, el verdadero significado de la disciplina es el de educar.
Trata a los niños con dignidad y respeto. Sólo así se sentirán y se comportarán mejor.
Los niños te escuchan si primero tú les escuchas a ellos. Si los escuchas, ellos aprenderán a escuchar.
Fíjate en el mensaje escondido detrás del mal comportamiento. El objetivo de mal comportamiento es: llamar la atención, tener el poder, venganza o demostrar insuficiencia.
Otórgueles a los niños el beneficio de la duda: Es mejor que sepa que estamos de su parte.
Un respiro para iluminarse: El pararse a pensar, el retirarse y relajarse, nos pueden ayudar a ver los problemas desde otra perspectiva.
TÉCNICAS DE ACCIÓN
Asegúrate que el niño recibe el mensaje de amor y respeto. El niño con mal comportamiento es el que más necesita oír que se le quiere.
Permite al niño desarrollar percepciones de que es significante y aceptado. Esto ayúdalo a descubrir sus capacidades y que las valoren.
No hagas las cosas que niños pueden hacer solos. Ayúdalos a que se sientan capaces y desarrollen la responsabilidad.
Formula preguntas del tipo “qué” y “cómo” para ayudarlos a reflexionar. Por ejemplo. ¿Qué ha ocurrido?, ¿Cómo te sientes con lo que ha pasado?, ¿Qué has aprendido con esto?, ¿Cómo puedes utilizarlo para la próxima vez?
Implica a los niños en las soluciones. De esta manera se acostumbrará a resolver él mismo sus propios problemas.
Procura que los niños resuelvan los problemas en parejas. Deja a dos niños que hayan tenido un problema o una pelea con estas normas: no echarse la culpa y centrarse en las soluciones.
Establece rutinas con los niños. Si conjuntamente los participan en el diseño de cualquier actividad (por ejemplo, la hora de acostarse) tendrán más voluntad de llevarlo a la práctica sin problemas.
Ofrece opciones limitadas. Cuando damos al niño la libertad de elegir, tienen mayor motivación en el cumplimiento de normas.
Di: “Me doy cuenta”. Si ves que el niño no ha hecho algo, p. ej.: recoger los juguetes, es mejor decir: “Me doy cuenta de que no has recogido tus juguetes”, en vez de “¿Has recogido tus juguetes?”
Enseña las diferencias entre lo que los niños sienten y lo que hacen. Hay que dejar que expresen sus sentimientos (esos son reales y no debemos negarlos), aunque desaprobemos su conducta (esta sí se puede evitar o corregir).
Supervisa, supervisa, supervisa Es una herramienta necesaria sobre todo para niños más pequeños.
Distrae y/o reorienta: En vez de prohibirles hacer algo es preferible decirles u orientarles sobre lo que pueden hacer.
Utiliza las 4 R para recuperarse de los errores:
Reconocer que se ha cometido un error,
Responsabilizarse de lo que se ha hecho mal,
Reconciliarse (pidiendo perdón) y
Resolver (buscar una solución conjuntamente).
Tómate un tiempo para enseñar.
Anima en lugar de dar recompensas o elogios. Animar a los niños les lleva a la autoconfianza mientras que elogiar les hace dependientes de los demás.
Abrázalos.
Dedícales tiempo.
Gina Graham Psicóloga – Psicoterapeuta de niños y adolescentes Certified Positive Discipline Parenting & Classroom Educator
“Un niño desobediente es un niño desmotivado” Rudolf Dreikurs
Adaptado del libro de Positive Discipline por Jane Nelsen Ed.D.
Más información en: POSITIVE DISCIPLINE ASOCIATION: http://www.positivediscipline.org/