De tin marín de don pingüe
Cuando era niña y tenía que tomar una decisión, era mucho más fácil escoger entre dos alternativas y me ayudaba con esta rima:
“De Tin Marín de Don Pingüé, Cúcara, Mácara, Títere fue yo no fui, fue Teté, pégale, pégale que él fue”
… realmente, hasta la fecha no sé qué significa, sin embargo creo que en todo Latinoamérica se utiliza la misma fórmula, y por lo menos a mí me iba muy bien utilizándola.
Y fíjense que hasta el día de hoy se sigue usando esta y otras maneras de escoger entre varias opciones (echar la moneda: cara o sello, zapatito roto…, yan quen pó, etc.), lo veo con los niños que vienen a sus sesiones, cuando vamos a jugar o cuando me preguntan “Gina, ¿qué cosa me conviene más, esto o aquello? ¿Cuál debería elegir? Y es que entre los niños es más fácil cuándo tienen la oportunidad de escoger entre dos opciones.
Esta misma fórmula la podemos usar con nuestros hijos pequeños. En vez de pasar largas horas discutiendo con ellos para que hagan lo que nosotros queremos, ¿no creen que sería más fácil darles a escoger entre alternativas? Cuando más pequeños hay que tratar de reducir las alternativas, dos son el número ideal. Por ejemplo:
Uy! Que frío hace: ¿cuál casaca (chaqueta, chamarra, remera, etc.) te vas a poner, la azul o la verde?
Vamos a almorzar, ¿dónde te prefieres sentar, en el lado derecho o izquierdo?
Hoy es sábado, ¿a qué hora vas a dormir a las 8.00 como siempre o las 8:30?
El darles alternativas, también los ayudan a marcar los límites de una manera implícita, que, como ya sabemos, protegen a nuestros hijos. Conforme vayan creciendo tendremos que darles mayores alternativas, pero ya tendrán interiorizado el concepto de autodisciplina.
¿Qué logramos con esto?
Nos enfocamos en las soluciones más que en los castigos.
Fomentamos la responsabilidad en la toma de decisiones.
Les enseñamos a ser cooperadores y desarrollar habilidades en solución de problemas.
Les ayudamos a fortalecer su sentido de pertenencia desde el momento que son capaces de participar en algunas decisiones.
Fortalecemos independencia y autodisciplina en un ambiente de respeto mutuo.
Evita horas de peleas innecesarias.
Sin embargo, como toda regla tiene su excepción, habrán circunstancias en las cuales no podemos aplicar esta técnica: como por ejemplo, no les podemos dar a escoger si quieren o no quieren comer, si quieren o no ir al colegio.
No olvidemos que el fin de los padres es ayudar a los hijos a desarrollar destrezas necesarias para la vida: adecuada autoestima, control de emociones, solución de problemas, empatía, asertividad, etc., para que ellos puedan desenvolverse en la sociedad como seres humanos felices, adaptados y miembros contribuyentes al bienestar de su familia y la sociedad. Prueba aplicando esta técnica de forma flexible, porque recuerda que no hay dos niños iguales. Piensa, ¿qué alternativas le darías a escoger a tu hijo/a?
Gina Graham Psicóloga – Psicoterapeuta de niños y adolescentes Certified Positive Discipline Parenting & Classroom Educato