Mejorando la autoestima de nuestros hijos
La Autoestima juega un papel importantísimo en la estabilidad emocional de las personas. Aceptarse, quererse y valorarse son premisas básicas para disfrutar de un relativo bienestar personal, es decir alcanzar la salud mental y porque no, la salud integral. Quererse a sí mismo da seguridad. Por el contrario, la ausencia este sentimiento es un síntoma frecuente en una gran cantidad de trastornos psicológicos, ya que una pobre autoestima está relacionada con conflictos de tipo emocional y conductual. La Autoestima es el valor que cada persona tiene de sí misma y cómo ésta se percibe. Se basa en todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre nosotros mismos hemos ido recogiendo durante nuestra vida; creemos que somos listos o tontos, nos gustamos o no. Una persona con elevada autoestima irradiará sentimientos y actitudes positivas, tanto hacia sí mismo como hacia los demás, de diferentes maneras; mostrándose eufórico, sonriente, acogedor, optimista, creando ilusiones, mirando al rostro con franqueza, tendiendo la mano con firmeza y calor humano. Nuestro nivel de autoestima variará según diversos factores. La autoestima, además es aprender a querernos y respetarnos, es algo que se construye o reconstruye por dentro. Esto depende, también, del ambiente familiar en el que estemos y los estímulos que este nos brinda. Es bien sabido que el afecto de los padres hacia los hijos da origen a la seguridad que puedan tener ellos mismos. Es por ella que la familia debe ser constantemente un contingente afectivo para el niño. Al igual que nuestro organismo necesita alimentos para vivir y desarrollarse, nuestro espíritu necesita cariño, afecto, amor y estímulo para un adecuado desarrollo. La seguridad que le proporciona la familia al niño, es la base de su estabilidad psíquica y emocional. Creemos que valemos tanto como somos vistos en el medio social, familiar, laboral o escolar; por nuestras habilidades, actitudes, destrezas, dones y cualidades, nuestros atributos físicos, etnia, color de piel, educación y otros factores. Entonces la autoestima no es en realidad el valor social que proyectamos a los demás, sino la retroalimentación de ese valor; es nuestra propia percepción, es decir, la interpretación que hacemos del aprecio o rechazo que los demás nos demuestran.
¿Cuáles son las características de una persona con adecuada autoestima?
Disfruta más de los demás.
Da por supuesto que es una persona interesante y valiosa para otras.
Reconoce y acepta sus propios sentimientos positivos como negativos.
Es sensible a las necesidades de los otros.
Confía más en sí mismo.
Tiene una alta tolerancia.
Ofrecer más de sí al mundo.
Y ¿Cuáles son las características de una persona con baja autoestima?
AUTOCRITICA RIGUROSA que la mantiene en un estado de insatisfacción.
HIPERSENSIBILIDAD A LA CRITICA, se siente exageradamente atacado, echa la culpa de sus fracasos a los demás o a la situación.
INDECISIÓN CRÓNICA, por miedo exagerado a equivocarse.
DESEO INNECESARIO DE COMPLACER, por que no se atreve a decir NO.
PERFECCIONISMO, autoexigencia esclavizada de hacer “perfectamente” todo lo que intenta.
CULPABILIDAD NEUROTICA, exagera la magnitud de sus errores y no se los perdona.
HOSTILIDAD, muy irritable, siempre a punto de estallar.
TENDENCIAS DEPRESIVAS, negativismo generalizado, inapetencia al gozo de vivir (todo lo ve oscuro)
¿Cómo mejorar la autoestima de nuestros hijos?
Sea tolerante y flexible.
Examine sus sentimientos hacia su hijo, pregúntese qué siente por él y qué esperaba de él ya ello le permitirá aceptarlo y valorarlo por lo que es y no de acuerdo a sus expectativas.
No compare a sus hijos, no alabe excesivamente a los hermanos. Alábelo por sus pequeños logros sin caer en el exceso. Déle responsabilidades de acuerdo a su edad y liderazgo.
No permita que entre hermanos se ridiculicen.
Apóyelo para que desarrolle algún talento.
Cuando lo regañe refiérase a su conducta y no ataque a la personalidad.
Hable en forma positiva.
Converse con sus hijos.
Si le hace una promesa, cúmplala.
Dedíqueles tiempo de calidad. Ello le permitirá conocerlos y manifestarles su cariño a cada uno de sus hijos por separado.
Sea un ejemplo recuerde que los niños aprenden lo que ven y ellos desean ser como sus padres.
Ayúdele a compensar, es decir, descubra los puntos fuertes de su hijo y ayúdele a sacar provecho de ellos.
Cuando su hijo tenga una experiencia negativa permítale expresar sus sentimientos.
No los complazca en todo.
No trate de resolverle sus conflictos.
Las palabras de aliento y afirmación son necesarias para la autoestima de su niño.
Establezca las reglas con anterioridad y las consecuencias. Sea firme y constante eso. Cuando su hijo falle enséñele que el castigo es consecuencia de su conducta.
Demuéstreles todo el tiempo que los quiere. Exprésele su cariño con contacto físico, abráselo, sea cariñoso. “Sólo podemos respetar a los demás cuando uno se respeta a sí mismo. Sólo podemos dar, cuando nos damos a nosotros mismos. Sólo podemos amar, cuando nos amamos a nosotros mismos” Abraham Maslow